21 ene 2014

El Guernica


     El Guernica es un cuadro pintado por Picasso en 1937, su técnica es óleo sobre lienzo con unas medidas de 777 cm x 349cm. Recoge influencia y las reúne al cubismo. Actualmente encontramos esta obra en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid.

     Esta obra utiliza los colores negros, grises y claros. No sabemos si se trata de un interior, ya que vemos un lámpara, o exterior, porque ay una mujer gritando con las manos hacia arriba como envuelta en llamas. Podemos encontrar a otros como como: un toro que simboliza brutalidad y oscuridad, debajo, una madre gritando de dolor por su hijo muerto en sus brazos, su lengua es afilada y parece un cuchillo y sus ojos tienen forma de lágrimas. Arriba a nuestra derecha de esta, hay un caballo, parece que se va a caer, tiene una lanza atravesada y al igual que la madre con el hijo en brazos, está dando un grito y tiene la lengua afilada. Entre este y el toro, podemos observar una paloma que apenas se diferencia del fondo y es símbolo d la paz rota. Debajo del caballo aparece un guerrero descuartizado con una mano extendida y la otra sujeta una espada rota y una flor. Al lado, está una mujer herida arrastrándose y que parece que está punto de morir. Detrás hay una puerta de la que sale una mujer con un quinqué iluminando la estancia, junto a la lámpara que se encuentra en el techo. En el extremo derecho del cuadro está la mujer en llamas ya nombrada. El triángulo formado por el caballo, el hombre descuartizado, la mujer herida y la que tiene el quinqué, nos muestran la muere, el dolor, la angustia, la sorpresa y la necesidad de dar luz a los hechos. El resto de los personajes indican la fuerza de la destrucción y el dramatismo del sufrimiento de los indefensos.

     La escena está iluminada dramáticamente por el sol-bombilla y el reflejo de las llamas. La gama de colores que utiliza es para crear un ambiente de barbarie y dolor.

     Franco da la orden de atacar e pueblo, el cual está siendo bombardeado, aprovechando que apenas hay gente, ya que estaban en la guerra.

      El Guernica es una obra sobre la guerra civil. También Picasso hace una crítica contra la guerra y la sublevación fascista. El bombardeo de la ciudad de Guernica conmocionó a Picasso, que decidió convertirlo en un tema del mural que le habían encargado. También se vió influido por el fusilamiento del 3 de mayo de Goya.

El Gran Masturbador



     El gran masturbador es una obra de Salvador Dalí pintada en 1929. Está realizado al óleo sobre tela y es de estilo surrealista. Actualmente lo podemos encontrar en el Museo Reina Sofía de Madrid.

     En esta obra Dalí nos muestra sus temores y obsesiones. Se trata de un autorretrato del pintor, una gran cabeza amarilla, con mejillas sonrosadas, unas largas pestañas, que es por lo que nos guiamos que se trata de un retrato. También tiene una gran nariz que sirve de apoyo en la arena. En el rostro falta la boca, pero en su lugar hay un saltamontes, el cual aterrorizaba a Dali. Al igual que un montón de hormigas que hay un poco más arriba.

     De la cabeza surge una arquitectura, se trata de la parte inferior del cuerpo masculino. A los genitales se aproxima una mujer. Aparece un lirio (signo de pureza), ya que define a la masturbación como la relación sexual más pura. Otro símbolo sexual es la cabeza de león, bajo el hombro de la mujer, con una lengua rosada como símbolo fático.

     Debajo del rostro encontramos unos personajes besándose, se trata de Dalí besando a una especia de estatua que representa a Gala, unas piedras que hay al lado de los personajes simbolizan el pasado del pintor. Al fondo se representa a una persona aislada como símbolo de soledad. En el rostro hay u anzuelo el cual significa que su familia lo quería retener a su lado en Cataluña y no volver a Madrid con Gala.

     Este cuadro es muy difícil de entender, para ello tenemos que saber que dalí tiene un trauma en su infancia ya que sus padres tuvieron un hijo y le pusieron Salvador, y este murió. Cuando el pinto nació le pusieron el mismo nombre y tiene una confusión de identidad con su hermano. El cuadro lo realiza cuando se enamora de Gala que era novia de un amigo suyo y esta se tiene que marchar, Dalí se masturba pensando en ella y de ahí el cuadro.

     La luz es clara, casi plana. Tiene un colorido brillante, tonos cálidos, de tierra, arena y roca. Amarillos y ocres en transición a gris verdoso en la parte inferior del cuadro. Destacan las plumas de colores vivos en el rostro y el azul del cielo que enmarca toda la obra.

     Tiene una línea de horizonte muy baja y esta sitúa al espectador en una posición elevada. Así que el cuadro queda dividido en dos mitades desiguales teniendo influencia de Gaudí por la degradación del cielo.

13 may 2013

Sagrada Familia


     El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, situado en Barcelona, es una de las obras más conocidas del arquitecto catalán Antonio Gaudí, principal representante del modernismo en España. Esta obra, conocida como “La catedral de los pobres”, fue iniciada en el año 1883, cuando Gaudí tenía solo 32 años, y los trabajos continuaron hasta 1926, año de la muerte del arquitecto. El edificio quedó inconcluso, pues solo se habían construido el ábside, el transepto y parte de las naves (90 metros de largo por 15 de ancho).

     La obra resulta inclasificable, por las características estilistas del propio autor, pero está a caballo entre su personal neogoticismo y el modernismo imperante en la Europa de la época. La concepción de la obra responde al espíritu de las grandes catedrales medievales, especialmente por la potencia y multitud de torres que ideó, que aportan un espectacular sentido ascensional perfectamente plasmado en los bocetos. Sin embargo, este neogoticismo está modificado por el modernismo, que busca emular las formas naturales: todos los elementos, desde las columnas hasta las ventanas, surgen a partir de exhaustivos cálculos, pero conservan sus referencias naturales, junto con el profundo sentido religioso que Gaudí imprimía a todas sus obras.

     La mayoría de los dibujos y bocetos del arquitecto se perdieron en un incendio en el año 1936, pero los avances técnicos han permitido desvelar las leyes geométricas que organizan las estructuras, y continuar así en la actualidad con la construcción del templo. En el exterior, la iglesia se caracteriza por su ligereza y verticalidad. Gaudí diseñó dieciocho torres (actualmente hay ocho), de más de 100 metros de altura, y rodeadas por un singular claustro. Las torres tienen un significado religioso: las tres grandes fachadas estarían flanqueadas por cuatro torres campanario cada una, doce en total, dedicadas a los doce apóstoles; la torre principal, de 170 metros de alto, estaría situada sobre el cimborrio, y sería el símbolo de Cristo; esta torre sería rodeada de otras cinco, una dedicada a la Virgen María, sobre el ábside, y las otras cuatro dedicadas a los evangelistas.

     Todas las torres son ligeras y esbeltas, con ventanales calados que tienen pestañas inclinadas para difundir mejor el sonido de las campanas tubulares que Gaudí pensó para esta iglesia.

     En planta, la Sagrada Familia es de cruz latina, siguiendo las características propias de la arquitectura gótica: los bocetos muestran un cuerpo de cinco naves longitudinales, la central más ancha que las laterales; el transepto está formado por tres naves, con las portadas en sus extremos (Portada del Nacimiento y Portada de la Pasión). El ábside está rodeado por una girola o deambulatorio, con siete capillas poligonales sobre la cripta. El interior del templo imita a un bosque: las columnas inclinadas serían los troncos de los árboles, que se abren en ramas que sostienen en distintos puntos las bóvedas estrelladas, que serían las copas frondosas de los árboles, evitando así la necesidad de contrafuertes exteriores. La luz de los ventanales se filtra a diferentes alturas a través de estos árboles de piedra.

     Gaudí creó unas bóvedas novedosas, de atrevidas combinaciones de figuras geométricas, que engendran un juego de estrellas, de llenos y vacíos, y de formas abiertas y cerradas, que crean espectaculares efectos lumínicos. Con todo ello, el arquitecto creó lo que se denomina una “estructura arborescente”, con la que lograba superar las limitaciones del Gótico para soportar grandes cargas. Esta estructura permitiría que el visitante, al entrar en el templo, tuviera una visión unitaria del interior, y que la mirada se dirigiese hacia el presbiterio, donde se encuentra el altar mayor elevado sobre la cripta, y culminado por un enorme Pantocrator de mosaico iluminado por luz cenital.

     Todos los elementos de la Sagrada Familia tienen una profunda simbología religiosa. Las fachadas, igual que las catedrales medievales, son como biblias en piedra: en la portada del Nacimiento, realizada por Gaudí, se describe la infancia de Jesús. En la portada de la Pasión, realizada a finales del siglo XX por el escultor catalán José María Subirachs, se describe la muerte y la Pasión de Cristo. Y en la portada principal, de la Gloria (no construida), se explicaría el camino de la redención.

Casa Kaufmann


     La Casa Kaufmann, también conocida como “Casa de la Cascada”, es una de las obras más representativas del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright, uno de los grandes arquitectos del siglo XX. Se encuentra en el estado de Pensilvania, y fue construida en entre 1936 y 1939, a base de hormigón, piedra natural, hierro pintado, vidrio y aluminio. Esta casa es uno de los mejores ejemplos del Movimiento Moderno, concretamente del racionalismo organicista del que Wright es el arquitecto más destacado.

     La arquitectura del siglo XX, y en concreto el racionalismo, se caracteriza no solo por el uso de los nuevos materiales constructivos, sino sobre todo por la importancia que se otorga a la función del edificio, que se concibe siempre como un espacio interno y habitable; se rechaza lo ornamental y lo superfluo para crear arquitecturas a la medida del hombre, y que sirvan al hombre, con nuevos sistemas constructivos, más baratos y funcionales: planta libre, volúmenes basados en formas simples, etc.

     Sin embargo, ante el agotamiento y algunas dificultades del racionalismo más puro, algunos arquitectos, como Wright, optaron por introducir en sus obras lo que se conoce como “Organicismo”, es decir, la recuperación de los materiales tradicionales, el acercamiento a las necesidades y a la psicología de los habitantes de la casa, y la integración en la naturaleza, en el paisaje, con gran atención a la iluminación interior de las estancias.

     La casa Kaufmann fue diseñada en un solo día; era la segunda residencia de la familia, que quería una vivienda cerca de la cascada. Frank Lloyd Wright realizó una novedosa y arriesgada propuesta, al ubicar la vivienda sobre la propia cascada, de modo que la cascada parece surgir del interior de la casa. Es la más clara muestra de fusión entre arquitectura y naturaleza, y un símbolo de la arquitectura de Wright y de la arquitectura del siglo XX.

     En el exterior, se aprecian las tres plantas de la casa, dispuestas de manera escalonada para salvar los desniveles de las terrazas de roca natural, que además sirven de cimientos al edificio. La planta baja se asienta directamente sobre la roca natural, en la que se dispone la chimenea, que es el eje vertical de la casa; esta planta se prolonga en una terraza suspendida horizontalmente sobre la cascada, creando la ilusión de que el salto de agua nace del interior de la vivienda.


     El exterior de la casa queda así perfectamente integrado en el entorno, pues la naturaleza que la rodea invade también el interior: piedra natural en las paredes, grandes ventanales que se abren a las terrazas, prolongando el espacio interior hacia el paisaje... La chimenea, excavada en la roca, articula también el espacio interior de la planta baja, que acoge una gran sala de estar y la cocina; en las plantas superiores se encuentran los dormitorios, pero la disposición interna de las distintas plantas es completamente libre, a la manera de Le Corbusier.

     Lo más destacado de la obra es la propia concepción del espacio arquitectónico: es un espacio centrífugo, es decir, el arquitecto diseña primero el espacio interior, teniendo en cuenta las necesidades e, incluso, el carácter de sus habitantes, para después expandir este espacio hacia el exterior. Además, la Casa de la Cascada se adapta perfectamente al terreno, a los desniveles del mismo, sacando gran provecho de ello. Se trata de una obra revolucionaria, porque rompe con la idea del edificio como “caja”: ya no hay paredes, ni simetrías, etc.

     El Organicismo es uno de los estilos arquitectónicos más importantes del siglo XX, y FranLloyd Wright es su más destacado representante. Aprendió con Sullivan, y estaba convencido de que cada edificio ha de ser el resultado de su función, pero también de su entorno y de los materiales empleados. Además de sus famosas “Casas de la Pradera”, como esta Casa Kaufmann, realizó multitud de obras arquitectónicas destacadas, con influencias en muchos casos de la arquitectura japonesa (Hotel Imperial de Tokio). Fue él mismo el que acuñó el término de “arquitectura orgánica”, para definir la necesidad de integración entre arquitectura y naturaleza, la síntesis entre la línea recta y la línea curva, entre rigor y dinamismo, y entre los materiales nuevos y los tradicionales. Dentro del organicismo, otros arquitectos destacados son Ludwig Mies van der Rohe (Pabellón Alemán de 1929), Alvar Aalto (Sanatorio de Paimio), Eero Saarinen (terminal del aeropuerto JFK de Nueva York) o Jorn Utzon (Sydney Opera House).

     Los otros grandes estilos arquitectónicos desarrollados en el siglo XX fueron el racionalismo o Movimiento Moderno (Le Corbusier) y el Posmodernismo (Venturi, Graves...), además de la Arquitectura High-Tech, la Deconstrucción...

Torre Eiffel



La Torre Eiffel es uno de los más significativos ejemplos de la arquitectura del siglo XIX, concretamente de la llamada “Arquitectura del Hierro”. Fue construida por el arquitecto francés Gustave Eiffel entre 1887 y 1889, para convertirse en símbolo de la Exposición Universal que se celebró en la capital francesa en el año 1889. Mide 305 metros de altura (llega a los 320 con la antena), con una anchura máxima, a nivel del suelo, de 125 metros. Fue la estructura más alta del mundo hasta la construcción del Edificio Chrysler de Nueva York, en 1930.

Tiene las características propias de esta nueva forma de hacer arquitectura que surgió a finales del siglo XIX: está enteramente realizada con hierro forjado, uno de los nuevos materiales del momento, que revolucionó la manera de construir. Este tipo de arquitectura utiliza el hierro de manera masiva, tanto para la estructura arquitectónica como para los elementos decorativos. Además, los arquitectos del momento se preocupan especialmente del carácter funcional de las nuevas construcciones, no solo de su sentido estético.

En la Torre Eiffel es imposible diferenciar interior de exterior, pues la estructura está formada por más de 18.000 piezas de hierro que forman una red estructural de vigas que aportan estabilidad a la torre; el diseño es un ejemplo de perfecta simetría.

En planta es un rectángulo en cuyos vértices se sitúan los cuatro pilares, de enormes dimensiones, sobre los que se apoyan los cuatro gigantescos arcos de la base, de 39 metros de alto y con un diámetro de 74 metros. Se construyeron enormes zócalos de hormigón para sostener los cuatro pilares, en los que se encuentran, además, los ascensores y escaleras. A medida que se asciende en altura, los pilares se curvan hacia el interior, para terminar finalmente convertidos en un único elemento. Se crea así un trazado piramidal que da gran sensación de verticalidad.

Sobre los arcos inferiores se sitúa una primera plataforma, a 57 metros del suelo, con una superficie de 4.200 metros cuadrados, y con capacidad para 3.000 personas. La segunda está a 115 metros (1.650 metros cuadrados y capacidad para 1.600 personas) y la última a 274. Esta plataforma superior alberga un mirador acristalado de 350 metros cuadrados, para 400 personas.

A las distintas plataformas se sube en ascensor o por escaleras. A pesar de que en la actualidad la torre Eiffel es, sin duda, uno de los más famosos símbolos de París y de Francia en general, lo cierto es que no fue bien acogida en el momento de su construcción, pues se consideró que no respondía al “buen gusto” de la época, y que era una construcción monstruosa e innecesaria en medio de la ciudad de la luz.

Años después se decidió desmontar la torre, pero los intelectuales franceses lo impidieron. La torre Eiffel se convirtió así en la gran muestra de la ingeniería moderna, muestra de los avances de la industria, de la técnica y de la ciencia, que había aportado mayor resistencia a los nuevos materiales de construcción.

La revolución arquitectónica que supuso la arquitectura del hierro, a finales del siglo XIX, se produjo como consecuencia de la Revolución Industrial, y conllevó no solo el uso de nuevos materiales, hasta entonces considerados poco nobles (hierro, hormigón, cristal...), sino también la creación, por parte de experimentados y famosos arquitectos, de otro tipo de construcciones: ya no se centraron solo en la construcción de palacios e iglesias, sino también en la creación de viviendas y multitud de edificaciones públicas que tenían fines concretos: puentes, bibliotecas, etc. La Torre Eiffel se convirtió en el símbolo del triunfo de los ingenieros sobre los arquitectos, de la arquitectura racional y utilitaria frente a la arquitectura historicista y ecléctica, que seguía utilizando formas y recursos de estilos del pasado.

La Arquitectura del Hierro se desarrolla en Europa, a partir del Palacio de Cristal de Joseph Paxton, construido en 1851 en Hyde Park, Londres, con motivo de la Exposición Universal celebrada en la capital británica; el arquitecto concibió un gran edificio de estructura completamente racional, basada en los invernaderos y construido con hierro y cristal. Paralelamente, se desarrolla en Estados Unidos una corriente arquitectónica con muchas similitudes, la Escuela de Chicago, caracterizada por la racionalidad de sus estructuras y la importancia de la función (Adler, Sullivan, W. Le Baron Jenney...), y que será el germen del Movimiento Moderno o racionalismo, estilo desarrollado a lo largo de todo el siglo XX.

30 abr 2013

La noche estrellada



     La noche estrellada es una obra realizada por Vicent van Gogh en 1889, en la época del Postimpresionismo. Esta obra pertenece al arte vanguardista, esta pintada al óleo sobre lienzo, sus medidas son 74 x 92 cm. Actualmente, lo podemos encontrar en el museo de arte moderno de Nueva York (Moma).


     Esta obra fue pintada mientras Van Gogh estaba ingresado en el sanatorio. Podemos diferenciar 4 planos: en primer plano están los cipreses que “son como un obelisco gigante” según el autor en una carta escrita para su hermano Theo; en segundo plano esta la ciudad donde resalta la iglesia. El tercer plano es una línea en diagonal donde están las montañas y por último está el cielo estrellado que ocupa más de la mitad del cuadro, con una especie de remolino de estrellas con una pincelada corta y retorcida. Es muy típico del autor poner la línea del horizonte muy baja para tener más espacio a la hora de representar cielos tormentosos y sinuosos.


     Podemos decir que en la época del impresionisto, el fovismo, cubismo…no se representa totalmente el paisaje, rostros, objetos reales porque ya existía la cámara fotográfica.


     Cuando Van Gogh vivió en Arles con su compañero Gaugin, tuvieron una discusión donde Van Gogh amenaza a Gaugin con una navaja. Este huye y de la rabia Van Gogh se cortó la oreja izquierda. Aquí es cuando su pintura se vuelve oscura y ondulada. Pero justo antes de suicidarse, introdujo a sus obrar cipreses y cuervos, símbolos de la muerte. En esta etapa de su vida es cuando pintó este cuadro.

28 abr 2013

Impresión, sol naciente


Autor: Claude Monet.

Fecha: 1872.

Época: Impresionismo.



     En esta Obra el autor nos muestra tres botes de remos que navegan por el puerto de la Havre, mientras al fondo, entre la niebla matinal y la humareda de las chimeneas de las fábricas, sale el sol.

     Con una pincelada suelta y vigorosa, el pintor prescinde del dibujo centrándose en los efectos que la luz del amanecer ejerce sobre los objetos. Los botes y las personas que navegan en ellos quedan reducidos a simples manchas y la técnica utilizada es fruto de la espontaneidad e inmediatez que exige la pintura al aire libre y el deseo de captar no la representación real del amanecer en el puerto, sino la impresión causada por el amanecer y los efectos que la luz matinal provocan en el agua y el horizonte donde el humo espulsado por las chimeneras, símbolos de la era industrial, se mezclan con la neblina matinal.

     Manet junto a otros pintores como Renoir, degas o Pisarro revolucionaron la pintura alejándose del dibujo y la función de representar la realidad que tradicionalmente durante siglos se le había atribuido a la pintura.

     Denominados despectivamente como "impresionistas" tras su primera exposición en 1874, esta corriente supodría el comienzo de una nueva era en la historia de la pintura y una nueva visión de la pintura que se vería continuada y renovada durante el último cuarto del siglo XIX y primer cuarto del siglo XX por los denomidados "ismos": postimpresionismo, fauvismo,expresionismo, futurismo, surrealismo y cubismo.